Hoy voy a hacer un huequito en mi blog para hablar de lo que ha ocurrido estos días en Bilbao y, es que, el pasado sábado y tras 40 años, el Athletic volvía a ganar la copa en España, el torneo fetiche rojiblanco que volvía de nuevo y por vigesimoquinta vez a las vitrinas de Ibaigane fue un colofón a una temporada brutal del equipo del “Txingurri” Valverde.
La afición rojiblanca tiño de sus colores las calles de Sevilla y el estadio de la cartuja pero eso no hizo que el equipo sufriera como pocas veces para conseguir la victoria.
El partido empezaba con un Athletic que era todo corazón y poco cabeza, con Iñaki Williams tratando de meterse en el área Mallorquinista por lugares que era imposible y con un Gorka Guruzeta totalmente desaparecido. Nico también lo intentaba pero cuando juegas sin profundidad tu posibilidad de desbordar por banda se convierte en nula si existen las ayudas necesarias del centro del campo a los laterales y, así, una y otra vez el Athletic se estrellaba contra la defensa del equipo de Javier Aguirre.
Pero aquí no iban a terminar las desgracias, un mal pase hacia atrás de Nico Williams volvía a desembocar en un saque de esquina que iba a sembrar el miedo en la parroquia rojiblanca, ese miedo se convertiría en terror cuando tras ese córner y un despeje poco ortodoxo del mayor de los Williams llegaría el segundo para el equipo bermellón.
Rechace tras rechace parecía que el balón no quería irse del área del Athletic hasta que el balón cayó en los pies de Sergi Darder que vio que Dani Rodriguez tenía mejor opción de remate y, este último, enviaba el balón a las redes de la portería defendida por Julen Aguirrezabala que nada pudo hacer por evitar el 0-1.
El resto de la primera parte fue una repetición de lo que habíamos visto en los primeros minutos, poca elaboración de jugadas, poca profundidad, un 9 completamente desaparecido y las únicas ocasiones, incluso un gol correctamente anulado por fuera de juego, venían por pases en profundidad a Nico Williams y este trataba de desbordar mientras el Mallorca seguía dando miedo con un Muriqi imperial dando miedo en cada balón parado que tenían. El equipo Mallorquinista parecía que había jugado finales cada año, sin embargo, el Athletic estaba atenazado como si nunca jamás se hubiera encontrado en esta tesitura.
Finalizó la segunda parte y Ernesto Valverde decidió dejar en la caseta a un espectacular hasta ese día Beñat Prados para dar entrada a Mikel Vesga y, no sé si por eso o por la charla del descanso, el equipo cambió. El medio del campo comenzaba a carburar y las jugadas empezaban a ser elaboradas generando ocasiones de peligro y convirtiendo duelos de 1 contra 3 en 1 contra 1 lo que hizo que los Williams, Sancet y Guruzeta empezasen a aparecer por el césped de La Cartuja.
No tardó mucho en llegar el empate, corría el minuto 60 cuando un pase magistral de Nico, lo aprovechaba Oihan Sancet para hacer el empate y, con ello, llevar el delirio a las gradas. Lo mejor, que aun había tiempo para lograr el 2-1, lo peor, que el Mallorca iba a vender muy cara la derrota y así fue como sucedió, el Athletic no tardó en ponerse en manos de sus veteranos y saltaron al campo primero el capitán Iker Muniain con Raul García y luego Alex Berenguer, más tarde Sancet también dejaría el césped para dar entrada al Bermeotarra Unai Gomez y, por último, era Yuri el que tenía que retirarse con molestias físicas para que Iñigo Lekue pudiera disputar minutos de la final.
El equipo no notaba los cambios y seguía haciendo su trabajo, mover balón, dar profundidad y hacer ocasiones de gol pero estas no terminaban de entrar, por otra parte, el Mallorca que cuando parecía tambaleándose salía a la contra con verdadero peligro, Julen Aguirrezabala también hizo un gran partido, no se rendía en ningún momento por mas que el desgaste físico hiciera mella en sus jugadores. En mi opinión personal, el equipo bermellón hizo una gran final, tratando de explotar las debilidades del Athletic y su fortaleza defensiva por eso se llegó a la prórroga y después a los lanzamientos desde los 11 metros.
Los jugadores del Mallorca celebraban esos penaltis como si fuera una victoria y no era para menos, tras un esfuerzo titánico habían llegado a un momento en el que todo estaba igualado y sus posibilidades de llevarse la copa crecían.
No voy a explicar lo que sucedió en esa tanda porque ya lo sabemos todo el mundo pero aquel momento en el que Alex Berenguer mandaba el cuarto penalti al fondo de la portería creo que ningún Atheticzale lo vamos a olvidar, habían pasado 40 desde el ultimo titulo de copa y, ese penalti, unió generaciones y generaciones de gargantas gritando al unísono que ya lo habíamos conseguido y que la Gabarra iba a volver a surcar la ría del Nervión.
Es muy difícil que, la gente que tiene cosas en contra del equipo o del club, pueda reconocer el brutal mérito que tiene esto. Se denostará la filosofía diciendo que ha cambiado a la carta durante años pero el caso es que el Athletic sigue siendo el único equipo que trabaja con su cantera y le da salida con opción a jugar en primera división, opción real hablo, no voy a dudar de que otros clubes lo hagan pero de ahí a que puedan llegar jugadores a primera hay un trecho y, aunque lleguen, nunca será el mismo numero de opciones que en el Athletic.
Por lo tanto, el mérito de estar aquí, de volver a Europa y de poder ganar uno de los grandes títulos de la liga Española es innegable por mas que nos quieran decir sandeces con respecto a una filosofía que todo el mundo discute pero muchos ni siquiera conocen y, es que, no se trata de juzgar si hace 20, 40 o 90 años esto es así, si ha cambiado con respecto al inicio o si el Athletic (igual que el resto de clubes de primera) es como una empresa privada o no, se trata de ver los méritos deportivos de un club que, solo con jugadores criados, nacidos o formados en lugares y equipos de Euskal Herria ha conseguido un titulo como la copa y que, no solo la ha ganado este año, sino que lleva ya 4 de los anteriores llegando mínimo a las semifinales. Esto es un dato inequívoco e irrefutable de los méritos deportivos en una liga española donde los equipos que necesitan jugadores buscan en un mercado mucho mas amplio que el del Athletic.
Vamos a dejar el odio a un lado y a pensar que esto es algo que va a pasar cada mucho tiempo, algo con un merito deportivo extraordinario en este futbol globalizado y algo que muchas niñas y niños van a recordar cuando crezcan, igual que yo recuerdo que en 1984, cuando solo tenía 3 añitos, mi ama y mi aita me llevaron a ver como la Gabarra surcaba la ría llena de jugadores vestidos de rojiblanco y acompañados por una comitiva digna de los grandes del deporte.
Luego podemos entrar a discutir si el equipo femenino tendría que haber tenido ese mismo privilegio o no (que yo obviamente estoy 100% segura de que sí) pero de lo que no podemos dudar es de que este es un momento que merece la pena disfrutar porque no es nada fácil llegar a que ocurra.
Hoy lo digo bien alto, le duela a quien le duela, el Athletic Club de Bilbao si es un club UNICO EN EL MUNDO y, sino lo es, lo decimos que pasa eso estamos en la CAPITAL DEL MUNDO, ¡¡aibalaostia!!
PINTANDO LAS NUBES 